CORPORACIÓN UNIFICADA NACIONAL CUN
ESCUELA CIENCIAS ADMINISTRATIVAS
PROGRAMA ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
GERENCIA DEL TALENTO HUMANO
TALLER No. 1
Docente: Fernanda Lucy
Mojica M. I.A. A.E.
A
continuación, encontrará el artículo sobre: Las pequeñas empresas y las causas de sus fracasos. En el
se mencionan 41 causas de fracaso de las mismas. Usted debe tomar como referente la empresa
donde labora y analizar una a una dichas
causas, determinando como se encuentra con relación al fracaso o al
surgimiento.
Como evidencia debe presentar un
documento escrito con el análisis, el día viernes 22 de junio/12 en el horario
de clases y será socializado.
Por: Mauricio Lefcovich
Este
trabajo tiene por principal objetivo y pretensión servir como elemento de prevención
para todos aquellos que son o pretendan ser propietarios de pequeñas empresas.
Basada en una profunda investigación queremos servir a todos los individuos que
poseyendo un sueño, depositan su tiempo, trabajo, esfuerzo y capital en la
búsqueda de un mejor futuro.
El
mundo no es tan estable como era ayer y lo será menos mañana. Operar un negocio
pequeño va a ser más difícil en el futuro, a menos que se tomen los recaudos,
planificando, organizando, dirigiendo y controlando de manera eficaz. Para aquellos
que pretenden sobrevivir en un negocio pequeño, no sólo es necesario el trabajo
duro sino también hacerlo de manera inteligente. Para lograr triunfar deberán
continuamente revisar la validez de los objetivos del negocio, sus estrategias
y su modo de operación, tratando siempre de anticiparse a los cambios y
adaptando los planes de acuerdo a dichos cambios.
Quienes
crean empresas pequeñas lo hacen desconociendo las escasas probabilidades de
supervivencia o a pesar de ellas. La experiencia demuestra que el 50% de dichas
empresas quiebran durante el primer año de actividad, y no menos del 90% antes
de cinco años. Según revelan los análisis estadísticos, el 95% de estos
fracasos son atribuibles a la falta de competencia y de experiencia en la
dirección de empresas dedicadas a la actividad concreta de que se trate.
En
los últimos años, incluso a las empresas mejor dirigidas les ha costado trabajo
mantener, ya no elevar, su nivel de beneficios. También han tropezado cada vez
con mayores dificultades a la hora de trasladar los aumentos de coste a sus
clientes subiendo el precio de los productos o servicios.
La
mejor forma de prevenir el descalabro y apuntalar sobre bases sólidas la
continuidad y crecimiento de la empresa es reconociendo todos aquellos factores
pasibles de comprometerla. A tales efectos en Anexo al presente se da una larga
lista de factores a los cuales el o los propietarios deberán regularmente
chequear a los efectos de evitar los dañinos efectos por ellos causados.
A
continuación se desarrollarán cada uno de los factores explicando su razón de
ser y los riesgos que los mismos acarrean.
- Falta de
experiencia.
La carencia de experiencia tanto en la administración de empresas, como en
la actividad que se ha de desarrollar comporta un elevadísimo riesgo para
los pequeños propietarios. Carecer de experiencia constituye en sí la base
fundamental de todas las demás causas que llevan al fracaso. Es necesario
volver a subrayar el hecho de que no basta con contar con experiencia en
materia de negocios, además es necesario contar con experiencia en el ramo
en particular a la cual se dedique.
- Falta de
dinero/capital.
Es fundamental contar con la suficiente cantidad de fondos que hagan
innecesario por un lado la solicitud de préstamos, y por otro contar con
lo necesario para desarrollar las operaciones básicas que la actividad en
cuestión requiere. Así por ejemplo cierto tipo de actividades requieren de
egresos fijos mensuales, como lo es el caso de la publicidad en diarios
por parte de los negocios inmobiliarios, no disponer de los suficientes
fondos para amparar dichos egresos hasta tanto las operaciones propias de
la empresa permitan abonarlos sin mayores problemas, es de fundamental
importancia para ocupar un lugar en el mercado.
- Mala
ubicación.
La ubicación suele ser un factor no tenido debidamente en cuenta a la hora
de comenzar determinadas actividades. Ella tiene suma importancia en
cuanto a la facilidad de estacionamiento para los clientes, las
características del entorno, las especialidades propias de la zona, los
niveles de seguridad del lugar, la cantidad de personas que pasan por el
lugar, los niveles de accesibilidad entre otros. Ubicarse en el lugar
incorrecto en función de la actividad constituye desde un principio un
problema. Ubicarse en el mejor lugar comporta mayores gastos en concepto
de alquiler y menores niveles de gastos en publicidad; razones éstas, como
las anteriormente mencionadas que deben evaluarse convenientemente a la
hora de evitar inconvenientes para el desarrollo de las futuras
operaciones de la empresa.
- Falta de
enfoque. La
ausencia o escaso nivel de enfoque constituye uno de las principales
causas de fracasos. Querer serlo todo para todos es algo insostenible en
el tiempo. Ello está motivado en la incapacidad de atender eficaz y
eficientemente todos los rubros y clientes, debido a no contar ni con los
recursos humanos, ni materiales, ni dirigenciales para atenderlos de
manera óptima. Generalmente ésta falta de enfoque lleva entre otras cosas
a un mal manejo de inventarios, donde se acumulan artículos de baja
rotación que aparte de reducir los niveles de rentabilidad, quitan
liquidez a la empresa.
- Mal
manejo de inventarios.
Relacionado al punto anterior, como así también a la carencia de
información relevante y oportuna, lleva a la empresa a acumular insumos y
productos finales, o artículos de reventa en una cantidad y proporción
superior a la necesaria. Este punto se relaciona también muy directamente
con los altos niveles de desperdicios y despilfarros.
- Excesivas
inversiones en activos fijos.
Querer hacer efectos demostrativos mediante costosos gastos en
remodelaciones, y máquinas por encima de las necesidades y capacidades
inmediatas de la empresa. Estos gastos en activos fijos quitan capacidad
de liquidez. Muchas veces lo que pretende el empresario es tener lo último
en materia tecnológica sin saber bien porqué. Sólo contando con
importantes fondos propios, y estando motivados ellos en un efecto directo
sobre los niveles de ingresos, estará justificados tales tipos y niveles
de gastos.
- Falencias
en materia de créditos y cobranzas. No basta con diseñar buenos productos y servicios,
tener buena atención a los clientes y consumidores, producir de manera
excelentes los productos o servicios, y venderlos en buen numero y buen
margen de rentabilidad, es fundamental en caso de vender a crédito
seleccionar convenientemente los clientes, sus límites crediticios, los
plazos de pago y gestionar correctamente las cobranzas. No hacer
correctamente éstos últimos pasos llevará a la empresa a una situación de
peligrosa iliquidez. Estos aspectos están directamente vinculadas con
otras falencias de la empresa como son la falta de sistemas confiables de
información interna y la falta de adaptación al entorno.
- No
contar con buenos sistemas de información. La información inexacta, poco
confiable y fuera de tiempo, llevará a no adoptar las medidas precautorias
a tiempo, además de dar lugar a pésimas tomas de decisiones. Este es un
aspecto fundamental a la hora tanto de evaluar el control interno, como el
control de gestión y presupuestario. Ejemplo: en una empresa de con
máquinas o rodados es de fundamental importancia un sistema de información
que permita realizar el mantenimiento preventivo de forma tal de evitar
daños en dichos activos. Las empresas que carezcan o posean información
poco precisa y / o fuera de tiempo, o que contando con ella, la misma se
limite a datos patrimoniales y financieros, dejando de lado datos de
carácter operativo, vinculados a los procesos y niveles de satisfacción de
los clientes, tendrá graves inconvenientes a la hora de adoptar decisiones
efectivas, dejando a la competencia mejor informada la capacidad de
quitarle participación en el mercado. El éxito en los negocios depende,
entre otras cosas, de una buena gestión de su dinero, su tiempo y el
activo físico de la empresa. Además, como empresario, deben elaborarse
planes, trazarse estrategias y motivar al personal. Para todo ello es
fundamental contar con información. Es importante que el empresario
comprenda cómo la información, tanto financiera como de otra índole, es
recopilada, analizada, almacenada y entregada a los efectos de tomar
decisiones que garanticen la buena marcha de la firma.
- Fallas
en los controles internos.
Las falencias en los controles internos es fundamental tanto a la hora de
evitar los fraudes internos, como externos. Una importante cantidad de
empresas quiebran todos los años producto de los fraudes. Este es un punto
vinculado directamente con las falencias en materia de seguridad. Cabe
acotar además que al hablar de controles internos no sólo estamos haciendo
referencia a evitar fraudes, también se trata de evitar la comisión de
errores o falencias que lleven a importantes pérdidas para la empresa,
como podría ser los errores en materia fiscal.
- Mala
selección de personal.
No elegir al personal apropiado para el desarrollo de las diversas tareas
que se ejecutan en la empresa, ya sea por carencia de experiencia,
aptitudes, actitudes o carencias de orden moral pueden acarrear pérdidas
por defraudaciones, pérdidas de clientes por mala atención, e incrementos
en los costos por improductividades, aparte de poder llegar a generar
problemas internos con el resto del personal o directivos por motivos
disciplinarios.
- Falencias
en política de personal.
Las fallas en materia de selección, dirección, capacitación, planificación
de necesidades, motivación, salarios, premios y castigos lleva con el
transcurso del tiempo a disminuir tanto la productividad del personal,
como la lealtad de estos para con la empresa, lo cual es motivo de aumento
en la rotación de personal con sus efectos en los costos de selección y
capacitación, niveles de productividad y satisfacción del cliente, y como
resultante de todo ello caída en la rentabilidad.
- Fallas
en la planeación.
Producto tanto de la falta de experiencia y / o de la ausencia de
capacidades técnicas puede llevar al empresario o directivo a no fijar
correctamente los objetivos, no prever efectivamente las capacidades que
posee la empresa y aquellas otras que debe conseguir, desconocer las
realidades del entorno y las posibilidades reales de la empresa dentro de
su ámbito de acción. Debe recordarse una famosa frase que al respecto dice “Quien no planifica, planifica
para el desastre”. Es de
importancia fundamental conocer cuales son las demandas o necesidades de
los consumidores, y nuestra capacidad para cubrirlas, o dicho de otra
forma, debemos conocer la real potencialidad de nuestros productos o
servicios.
- Graves
errores en la fijación de estrategias. Vinculadas directamente al
punto anterior implica la comisión de graves falencias a la hora de fijar
y / o modificar la misión de la empresa, su visión, los valores y metas,
como así también reconocer sus fortalezas y debilidades, y las
oportunidades y amenazas cambiantes en el entorno. De igual modo implica
no evaluar los cambios en las capacidades y potencialidades de sus
clientes, proveedores, competidores actuales, posibles nuevos competidores
y proveedores de bienes y servicios sustitutos. No cambiar las estrategias
del negocio en función a los cambios producidos en el entorno pueden
llevar a la empresa a su ruina. Ello implica la necesidad de monitorear de
manera continua los cambios a nivel económico, social, cultural,
tecnológico, político, y legal.
- Falta o
ausencia de planes alternativos. Limitarse a un solo plan, no tomando la precaución
de analizar y redactar planes alternativos o de contingencia ante posibles
cambios favorables o desfavorables en el entorno, llevarán a la empresa a
no aprovechar las circunstancias y tardar en reaccionar ante los sucesos.
- Falta o
falencias en el control presupuestario y de gestión. La nueva realidad hacen
necesario más que nunca hacer un seguimiento constante de la actuación de
la empresa mediante un efectivo control de gestión, además de presupuestar
convenientemente de manera tal de mantener en todo momento la situación
bajo control. Dentro de éste factor de riesgo debemos mencionar claramente
los errores de previsión. Este puede dar lugar a un exceso de inversión o
gastos previendo ingresos o ventas que luego al no tener lugar ocasionan
graves desequilibrios patrimoniales y financieros para la empresa.
- Graves
fallas en los procesos internos. Altos niveles de deficiencia en materia de calidad
y productividad, sobre todo si no están acordes con los niveles del
mercado y de la competencia, llevará a elevados costos y perdida de
clientes.
- Problemas
de comercialización.
Los mismos tienden a dificultar y hacer poco rentables inclusive a los
mejores productos y servicios que se tenga en oferta. Planificar
debidamente los sistemas de comercialización y distribución, gestionando
debidamente los precios, publicidad y canales de distribución es de
importancia fundamental.
- Problemas
de materias primas.
La dependencia de determinadas materias primas o productos, los cuales por
diversas razones puedan ser difíciles o costosas de adquirir, pueden
impedir el normal desenvolvimiento de las actividades de la empresa.
- Ausencia
de políticas de mejora continua. Creer que con los éxitos y logros del pasado puede
seguir obteniéndose resultados positivos en el presente y en el futuro es
uno de los más graves errores. Tanto los productos y servicios, como los
procesos para su generación deben ser mejorados de manera continua, sobre
todo en éste momento de mercados globalizados donde se ven expuestos a la
competición con empresas de otras naciones, las cuales tienen una clara
estrategia de mejora continua sacando el máximo provecho de la curva de
experiencia.
- Falta de
capacitación del empresario y directivo. Lleva a desconectarse del
entorno, en cuanto a lo cambios de gustos, servicios y requerimientos del
entorno, aparte de los cambios tecnológicos. Es una forma de
adormecimiento intelectual.
- Altos
niveles de desperdicios y despilfarros. Ellos llevan por un lado a mayores
costes con la consecuente pérdida de competitividad. Por otro lado éstas
falencias redundan en una reducción del flujo de fondos, e inclusive
llegar a pasar a un flujo de fondos negativos. El no detectar las
falencias propias de los procesos y actividades, que generando costes no
agregan valor para el cliente son factores que condicionan la marcha de la
empresa. Entre los principales desperdicios tenemos: sobreproducción,
exceso de inventarios (de insumos y productos en proceso), falencias de
procesamiento, excesos de transportes internos y movimientos, fallas y
errores en materia de calidad, scrap, actividades de corrección,
actividades de inspección, tiempos de espera excesivos, roturas y
reparaciones de maquinarias, tiempos de preparación, errores de diseño.
- Graves
errores en materia de seguridad. Con ello hacemos referencia a la gestión del
riesgo por un lado, o sea todo lo atinente a la contratación de seguros,
tanto por incendios, como por riesgos ante terceros, o por falta de
lealtad de empleados y directivos. No menos importante son los seguros por
riesgos climatológicos (granizo) o aquellos que tiene relación con el tipo
de cambio (ello resulta fundamental sobre todo cuando se poseen deudas en
moneda extranjera). Por otro lado es de suma importancia prevenir tanto
los robos y fraudes de carácter interno, como externo. Cuando de proteger
bienes se trata es también trascendental la protección de marcas y
fórmulas.
- Graves
falencias a la hora de resolver problemas y tomar decisiones. La falta de definición del
problema, o lo que es más grave aún su no detección, el no detectar las
causas del mismo, la incapacidad para generar soluciones factibles, y la
falta de capacidad para su puesta en ejecución, lleva en primer lugar a no
solucionar los problemas, o a solventar momentáneamente sólo los síntomas,
o bien a que al no dar solución a los mismos estos persistan en el tiempo
y se agraven. Una gran mayoría de los empresarios actúan por impulso,
intuición o experiencia, careciendo de un método sistemático para dar
solución a los problemas y adoptar decisiones de manera eficaz y
eficiente. Ello es algo que también debe ampliarse a una gran mayoría de
los profesionales que los asesoran.
- La
resistencia al cambio.
Aplicable ello tanto a empleados y directivos, pero sobre todo al
propietario, quién subido al podio por sus anteriores triunfos cree que
los logros del pasado servirán eternamente para conservar su cuota de
mercado y satisfacer plenamente a clientes y consumidores de manera
eficaz.
- Incapacidad
para consultar.
Vinculado al punto anterior, es la posición del propietario o directivo
quien creyendo saberlo todo no consulta o lo hace a quién no corresponde.
Así tenemos al propietario consultando de todo y para todo a su contador,
se trate de política de precios, procesos internos, logística o marketing.
- Excesiva
centralización en la toma de decisiones. En este caso el directivo o
propietario se convierte por falta de delegación y ante los tiempos que
tarda en adoptar decisiones críticas en un verdadero “cuello de botella”
para la organización. Esta conducta además desmotiva al personal, alejando
a este del compromiso. Cabe recordar al respecto que “no hay compromiso
sin participación”.
- Mala
administración del tiempo.
Los empresarios que triunfan de la mejor manera, saben muy bien que el
tiempo que pasa no retorna jamás. Alguien que no quiere correr el riesgo
de fracasar en sus negocios debe proceder de manera tal de no desperdiciar
ninguno de los sesenta minutos de cada hora. La organización, la
planificación y el respeto de los plazos fijados son las claves de una
buena administración del tiempo.
- Mala
gestión financiera en materia de endeudamiento y liquidez. Contraer deudas de corto plazo
para inversiones de largo plazo, o la adquisición de mercaderías, o bien
depender de líneas crediticias no adecuadas para financiar la cartera
crediticia suele terminar de manera nefasta para la marcha de la empresa.
Debe tenerse muy en cuenta la real capacidad de venta sin caer en excesos
de optimismo, de igual forma no deberán realizarse grandes inversiones
sobre la base de financiación bancaria, siendo lo correcto ampliar las
capacidades sobre la base de la reinversión de las ganancias generadas o
bien mediante la participación de nuevos socios. Debe tenerse muy en cuenta
que cambios en los ciclos económicos con la aparición de prolongadas
etapas recesivas harán caer las ventas de manera que la situación de
liquidez pasará por graves zozobras en caso de poseer deudas con entes
financieros. También es común el caso de aquellos empresarios que viendo
la posibilidad de concretar grandes negocios aprovechando bajos precios de
productos de reventa o insumos, adquieren grandes cantidades con
financiación bancaria. En el mercado de insumos y productos terminados
suele ocurrir algo muy parecido a lo que acontece en el mercado bursátil,
los operadores que ven a tiempo la llegada de la recesión o caída de la
demanda liquidan de la manera mas rápida posible sus stock y cancelan sus
deudas, quedándose los menos informados con stock y deudas. De igual forma
deberá controlarse de manera estricta los flujos de fondos, verificando
que la velocidad de ingresos de fondos sea siempre superior como promedio
a la velocidad de egresos de los mismos. Establecer un presupuesto en base
a los ingresos y egresos, y adoptando los ajustes periódicamente es
fundamental, no hacer ello implica hacer caer a la empresa en un estado de
incapacidad para continuar operando. Debe siempre guardarse una correcta
relación entre la financiación de los activos con capital propio y con
créditos comerciales y financieros.
- Mala
gestión de los fondos.
En este particular punto hacemos mención a la utilización de fondos ajenos
cuyos costos son superiores a la rentabilidad conseguida con su inversión,
o bien a la utilización de fondos propios en proyectos con niveles de
rentabilidad inferiores a sus costes de oportunidad.
- Error en
el cálculo del punto de equilibrio, o operar en una actividad con elevado
punto de equilibrio.
Escasos márgenes de contribución marginal o la existencia de elevados
costos fijos llevará a la empresa a tener que realizar elevados montos de
transacciones para llegar al punto muerto y a partir de allí obtener
beneficios. Si las cuotas de mercado a las cuales puede acceder dificultan
o hacen difícil llegar al punto muerto con comodidad, la empresa tendrá
una mayor inclinación o tendencia a generar pérdidas que ganancias.
- Tener
expectativas poco realistas.
Vinculado al punto anterior, y a la planificación y presupuestación /
previsiones de ventas, está la generación de expectativas poco realistas,
lo cual lleva a un exceso de gastos e inversiones, como así también de
deudas, pensando en la posibilidad de ingresos superiores a los que
realmente luego se dan. Ello no sólo trae aparejado problemas financieros,
sino también lleva a estados depresivos y profundas caídas en los niveles
de optimismo.
- Sacar
del negocio mucho dinero para gastos personales. Gastando a cuenta, o bien sobre
utilizando los ingresos generados en momentos de bonanza, la falta de
ahorro, y la fijación de un costo de oportunidad para si mismo superior a
lo realmente factible lleva ineludiblemente a la empresa a su destrucción.
- Mala
selección de socios.
No encontrar socios con iguales intereses y objetivos, hasta en
oportunidades carentes de ética o moral, y no dispuestos a trabajar duro,
sumados a una auténtica química de grupo, genera más temprano que tarde
dificultades para la continuidad de la empresa.
- No
conocerse a sí mismo.
Es fundamental que el empresario reconozca sus propias limitaciones,
capacidades, y sus comportamientos habituales ante determinadas
circunstancias. Reconocer ello a tiempo permitirá no sólo evitar errores a
la hora de tomar decisiones, sino además actuar de manera tal de poder
sobrellevar los momentos difíciles que todo negocio tiene.
- Dejarse
absorber por las actividades agradables. Ello lleva al empresario a dar
preferencias a los factores técnicos o comerciales en desmedro de los
administrativos y financieros, con las consecuencias que ello acarrea. Es
el claro ejemplo del mecánico, odontólogo, o dueño de un restaurante que
privilegian su actividad, pero descuidan los aspectos de la cobranza como
así también los impositivos.
- No
conocer los ciclos de vida de cada tipo de actividad. Llevará a adquirir negocios que
están en el techo de su ciclo, o bien a no introducir las mejoras e
innovaciones que todo negocio necesita para evitar caer en sus niveles de
ingresos y beneficios.
- Tener
una mala actitud.
No poseer una actitud de lucha y sacrificio, sumados a una clara
disciplina y ética de trabajo impedirá el crecimiento y sostenimiento de
la empresa.
- Nepotismo. Dar preferencia o colocar en
puestos claves a familiares por el sólo hecho de ser tales, dejando de
lado sus auténticas capacidades y niveles de idoneidad llevan a la
desmotivación al resto del personal, como así también a una caída en los
niveles de rendimientos.
- Mala
gestión del riesgo. Gestionar correctamente el riesgo
implica analizar: a) los atractivos de cada alternativa; b) su mayor o
menor disposición a aceptar la posible pérdida; c) las posibilidades de
éxito o fracaso de cada alternativa, y d) el grado en que juzgue factible
en cada caso aumentar las probabilidades de éxito y disminuir las
probabilidades de fracaso gracias a sus propios esfuerzos. De tal forma en
la medida en que evalúe los riesgos debidamente en función a los
anteriores puntos evitará caer en una mala gestión del riesgo, lo cual
ampliará significativamente sus probabilidades de fracaso.
- No
contar con aptitudes o sistemas que le permitan descubrir y aprovechar las
oportunidades que ofrece el mercado. Las empresas que tienen buenos
productos o servicios son muchas, pero pocas pueden venderlos si no
descubren y aprovechan las oportunidades del mercado. Para ello hay que
efectuar estudios de mercado, recopilar información de diversas fuentes y,
en el caso de ciertos negocios, elegir su ubicación con mucho cuidado.
“Un empresario necesita estar informado sobre su mercado en todo momento”.
- El
incumplimiento liso y llano de obligaciones impositivas y laborales. La falta de controles internos,
de planificación, el descuido o improvisación, sumados a la falta de una
correcta organización, como así también el pensar que sólo evadiendo
impuestos y trabajando de manera irregular con los empleados, puede
generar mayores ingresos en el corto plazo, pero pone en riesgo la
capacidad de generación de beneficios sustentables en el largo plazo.
Hacer
posible y factible la continuidad de la empresa implica verificar sinceramente
cada uno de los puntos anteriores por parte del empresario, adoptando las
medidas correctivas necesarias.